Es tiempo de recolección para fabricar manteca de karité y es asombroso con cuánto mimo cuidan las cooperativistas de AOKlabs en Nakunga (Ghana) los árboles de Karité. Dichos árboles crecen de manera salvaje y ecológica a lo largo de los 60.000 kilómetros que rodean su comunidad.
Allí no hay contaminación y los árboles crecen ecológica y lentamente hasta alcanzar los 20 metros de altura. En ese momento empiezan a producir frutos, unos 15 años más tarde. Cuando esto ocurre comienza la época de recolección de manteca de karité.
Cuestión de supervivencia
Y no es de extrañar dado que para nuestras hermanas africanas preservar estos árboles es una cuestión de supervivencia. No solo proporcionan sombra y actúan de cortavientos. Protegen los cultivos y el ganado, algo casi vital en esa realidad africana. También es un medio de vida, una fuente de ingresos que las empodera y les permite tener voz en la comunidad.
Cuando las frutas maduran (con una piel verde de sabor dulce y alto poder nutritivo) y caen al suelo. Las cooperativistas de AOKlabs en Nakunga saben que ha llegado la hora de dar comienzo a la recolección de las nueces de karité. Posteriormente elaboran la manteca de Karité. Una tarea que realizan, normalmente junto a sus hijas, a primera hora de la mañana, a lo largo de los meses de julio, agosto y septiembre. Lo hacen seleccionando las que están en el punto óptimo de maduración. Un saber hacer que ha pasado de generación en generación.
A continuación emprenden otra tarea ancestral: quitar la pulpa, lavar las nueces, secarlas al sol durante unos días y pelarlas manualmente para tener la semilla preparada y seca. Preparada para enviar a la cooperativa de Kanvili, donde tienen la infraestructura necesaria para llevar a cabo la producción de la manteca de Karité. En Nakunga, lamentablemente, por no tener no tienen ni agua potable; que tienen que ir a buscar a 40 kilómetros de distancia.
Uniendo continentes
Katia Simone y Fran Morales vieron que si en época de recolección las mujeres de Nakunga dispusieran de medios para completar el proceso, podrían añadir valor a su trabajo y obtener mayor rendimiento al artesanal y arduo trabajo que realizan. En vez de vender la nuez en bruto, podrían comerciar con el karité procesado y así obtener unos ingresos sustancialmente mayores. La manteca de Karité es un producto cuya demanda crece globalmente, que se utiliza no solo para dermocosmética sino también para elaborar productos de alimentación, y que les proporcionarían unos buenos beneficios para sus familias y su comunidad.
Y en AOKlabs África tenemos varios compromisos irrenunciables, además de proporcionar a nuestros clientes productos sinceros y 100% naturales. Siempre decimos que somos algo más que una empresa y nos gusta vernos como puente entre dos continentes. Porque estamos también comprometidos con el desarrollo sostenible de las comunidades donde operamos y muy especialmente con el progreso de nuestras ochenta cooperativistas de forma que los productos AOKlabs les ayuden a cosechar resultados y mejorar su calidad de vida y la de sus hijos. Para que, en definitiva, el oro africano se convierta efectivamente en el “oro” de las mujeres africanas.
Por esa razón, entre nuestros proyectos inmediatos figura la construcción de un pozo de agua en la aldea de Nakunga para ayudarles en tiempo de recolección.
Sus 3000 habitantes tendrán acceso a agua potable, fundamental para la salud y el desarrollo de la comunidad, sin tener que desplazarse. Para nosotros un primer paso. Para nuestras socias cooperativistas un gran salto hacia el progreso no solo en época de recolección.
