Katia Simone, con raíces en África, Portugal y Cuba, es luz, energía, fuerza, cariño, emoción, seguridad y amor, cualidades que ha sabido impregnar a la compañía y a quienes trabajan en ella.

Tuvo muy claro que su misión era ayudar a los demás y que había que introducir la cosmética africana en España y Europa, cuando vio los resultados que el Oro Africano había logrado en la piel de su propio bebé.

“Me di cuenta que mi Karité era algo imprescindible para muchas personas y que esto era a lo que me quería dedicar”. Emprendió entonces este negocio desde cero, sabiendo el bien que podría lograr a niños y adultos en Europa (“para sanar y aliviar la piel de quienes lo necesitan”), mientras ayudaba a progresar a sus “hermanas” en África.

“Había visto de cerca cómo se producía el Karité, elaborado únicamente por mujeres africanas mediante un ritual ancestral, sin llegar a pensar que este Oro Africano sería tan valioso y fundamental en mi vida”.