La piel con acné es una de las condiciones cutáneas más comunes –afecta al 80-90% de los adolescentes y hasta el 30% de las personas adultas– y, al mismo tiempo, una de las que más impacto genera en la rutina diaria, la autoestima y la calidad de vida. En AOKlabs entendemos que tratar la piel con acné no sólo se trata de “quitar granitos”, sino de comprender de dónde viene el problema parar intervenir con suavidad, constancia y respeto por la piel, respetando su equilibrio.
El acné es una patología del folículo pilosebáceo (poro) en la que están implicados múltiples factores y se manifiesta en forma de imperfecciones, puntos negros, pústulas y, en ocasiones, lesiones más profundas, que aparecen especialmente en la cara, la espalda y el pecho.
Y puede ser de dos tipos: acné inflamatorio, que se caracteriza por presentar pápulas (granitos), pústulas (granos rojos con cabeza blanca) y quistes (bulto interno de color rojizo y bastante doloroso), y acné no inflamatorio, donde aparecen comedones, tanto abiertos (puntos negros) como cerrados (puntos blancos), pero que no duelen.
¿Por qué aparece el acné? Causas y factores que empeoran la piel
Independientemente del acné que se padezca, los principales factores que influyen en la aparición de los granos son el componente genético, las bacterias, las hormonas, el estrés y la dieta alimentaria. Algunos de ellos son más difíciles de controlar, pero hay ciertos gestos o hábitos que se pueden modificar para así mejorar el aspecto de la piel.
- Desequilibrio hormonal. Cuando las hormonas androgénicas (como la testosterona) aumentan, desencadena una producción excesiva de sebo, lo que incrementa la probabilidad de que los poros se obstruyan y que proliferen bacterias. Esto puede ocurrir durante la pubertad, en la menstruación, en el embarazo, o incluso por desequilibrios hormonales en adultos.
- Estrés. También puede ser el causante de la alteración del cortisol, conocida como la hormona del estrés, algo que puede ocasionar un desequilibrio cutáneo, como el aumento de la producción de sebo o la inflamación. No hay que olvidar que las emociones también se reflejan en el cutis.
- Alimentación. Es cierto que la relación exacta entre dieta y acné está aún estudiándose, se sabe que los azúcares, los ultraprocesados, las grasas saturadas o incluso los lácteos pueden empeorar el aspecto de la piel acneica.
- Productos cosméticos inadecuados. El uso de fórmulas cosméticas oclusivas (las que no son ‘no comedogénicas’ u ‘oil free’), que en su formulación sea rica en grasa y silicona, o de texturas que sean más pesadas que loción, gel o emulsión, pueden obstruir los poros.
Las consecuencias de no tratar adecuadamente el acné
Más allá del aspecto físico, el acné puede tener un profundo impacto emocional. ¿Las consecuencias? Las personas con brotes persistentes pueden sentirse avergonzadas y, por tanto, tender a evitar situaciones sociales, desarrollar ansiedad o notar cómo merma su autoestima. Y esto se debe a que cuando la piel no se ve o no se siente bien, la confianza personal puede resentirse, lo que a su vez puede afectar al bienestar general, a la forma de relacionarse, e incluso a la adherencia a los tratamientos.
A nivel visual, estas son las secuelas que puede presentar una piel que presenta un acné debidamente tratado:
- Cicatrices permanentes y marcas. Hundimientos en la piel, marcas de textura irregular y zonas endurecidas son algunas de las cicatrices permanentes que pueden aparecer en la piel cuando las lesiones son profundas y frecuentes. Lo malo es que son más difíciles de eliminar y requieren de la intervención de un profesional médico o médico-estético. De ahí que sea crucial actuar cuando se observa que los brotes se prolongan o empeoran.
- Hiperpigmentación y manchas oscuras. A las manchas oscuras o rojizas en la piel, que persisten una vez que la lesión ha desaparecido, se las conoce como hiperpigmentación postinflamatoria. Las pieles con un fototipo alto (oscuras), son las que tienen que tener más cuidado con este tipo de marcas.
- Empeoramiento de las lesiones. Las lesiones de acné sin tratar o tratadas de una manera inadecuada pueden pasar de ser comedones a pápulas, pústulas, nódulos o quistes. Cuanto mayor sea el grado de lesión, más profunda, molesta, inflamada y dolorosa será y, además, se aumentará el riesgo de aparición de cicatrices y de complicaciones a largo plazo.
Por todo lo anterior, en AOKlabs creemos en una cosmética que no sólo actúe sobre la piel, sino que acompañe a cada persona que use nuestros cosméticos a recuperar la seguridad en sí mismo y su bienestar emocional.

Rutina diaria efectiva para mejorar la piel con acné
Limpieza suave
Cualquier rutina de belleza, tanto si se tiene una piel con acné como si no, debe comenzar con una limpieza suave, dos veces al día. Por la noche para retirar todos los restos de suciedad (maquillaje, micropartículas generadas por la contaminación, restos de sebo y sudor o células muertas) y acondicionar la piel para recibir el posterior tratamiento cosmético. Por la mañana la finalidad es limpiar los desechos de la actividad celular nocturna y equilibrar el pH.
La clave de un buen limpiador radica en que sea capaz de eliminar el exceso de sebo, impurezas y residuos de cosméticos, sin agredir la barrera cutánea. De ahí que sea mejor elegir uno sin tensioactivos fuertes como los sulfatos, ya que estos eliminan también la grasa natural y dañan la barrera cutánea. Dos opciones perfectas de AOKlabs que no contienen sulfatos en su formulación son:
- Oil Cleaning Gel 2 en 1. Un gel limpiador, de textura oleosa, que no sólo limpia y desmaquilla en profundidad; además restaura y equilibra la epidermis, reduce el tamaño del poro y controla la secreción sebácea.
- Jabón Oro Negro. Este eficaz aliado contra las manchas, arrugas, líneas de expresión, sequedad y la irritación, limpia en profundidad y revitaliza la piel aportando suavidad y mejorando su aspecto.
Exfoliación controlada
La exfoliación ayuda a evitar que la acumulación de células muertas obstruya los poros, pero en piel con acné debe realizarse con precaución. Las pautas a seguir son las siguientes:
- Llevarla a cabo no más de 1-2 veces por semana.
- No realizarla en zonas con lesiones activas muy inflamadas para evitar agravaciones.
- Usar fórmulas suaves, como Kusugua Exfoliante de AOKlabs, que elimina las células muertas tanto del rostro como del cuerpo, preservando la integridad del manto hidrolipídico, con una actividad altamente hidratante, antioxidante y fortalecedora para luchar contra el envejecimiento de la piel.
Hidratación sin obstruir poros
Aunque parezca difícil de creer, la piel con acné también necesita ser hidratada a diario. Es aconsejable evitar texturas densas o aceitosas que puedan obstruir los poros y elegir una crema hidratante ligera con propiedades antiinflamatorias, bactericidas o calmantes.
También es importante tener cuidado con los activos secantes, pues a la larga provocan deshidratación, irritación e incluso eccemas y dermatitis. Hay que recordar que una piel bien hidratada es una piel más resistente, menos propensa a daños secundarios y más receptiva al tratamiento. Las mejores opciones de AOKlabs para hidratar la piel con acné son:
- Baobab Oil Serum, cuya fórmula minimalista se ciñe a lo esencial: aceite puro de baobab certificado enriquecido con vitaminas C y E. Antiinflamatorio, antiséptico y regulador de la secreción sebácea, cuatro gotas mañana y noche son suficientes para frenar, además, los signos de la edad.
- Oro Africano Colors Detox, que es un bálsamo diseñado para pieles con tendencia acneica. Su fórmula ayuda a equilibrar la producción de grasa, reducir la inflamación y minimizar las imperfecciones, dejando la piel más suave, menos brillante y con poros visiblemente reducidos.
Protección solar diaria
La protección solar es un paso imprescindible para todas las pieles, y aún más para aquellas con acné, ya que muchas lesiones pueden dejar hiperpigmentación con la exposición al sol. La solución pasa por optar por filtros solares de amplio espectro (UVA, UVB y luz azul), con fórmulas ligeras, textura ‘oil free’ y acabado mate. En este artículo explicamos cuál es el protector solar de AOKlabs más adecuado a cada tipo de piel.
Rutina nocturna reparadora
Durante el transcurso de la noche, mientras estamos durmiendo, es el momento que la piel entra en modo de reparación. Por eso es importante aplicar activos que actúen de forma más intensa antes de ir a la cama, como puede ser el retinol. Sin embargo, como este no es tolerado por todo tipo de pieles, la mejor alternativa es el bakuchiol, conocido como el retinol vegano, que proporciona todos los beneficios del primero sin efectos secundarios.
El bakuchiol es el ingrediente principal de las Ampollas Perfect Night de AOKlabs, que también incorporan Revinage (otro retinol de origen 100% vegetal) y aceites de moringa y baobab. Con efectos similares a los retinoides sintéticos, es un efectivo antiedad y antipigmentación, ya que activa una renovación celular intensa pero sin irritación, lo que la convierte en una alternativa ideal para pieles sensibles. Funciona también como exfoliante de la piel gracias a la dosis de ácido salicílico que incorpora la fórmula.
Ingredientes y activos que realmente funcionan contra el acné
La clave está en fijarse bien en los ingredientes de las fórmulas cosméticas, evitando los que sean demasiado secantes. Es imprescindible tratar la piel con respeto para preservar su salud, por lo que hay que combinar ingredientes equilibrantes y reguladores del sebo, como los que detallamos a continuación, con activos calmantes (manteca de karité, manzanilla, aloe vera, caléndula o lavanda).
- Ácido salicílico. Se trata de un beta-hidroxiácido que viene bien en casos de acné leve-moderado. Penetra en los poros, ayudando a disolver tanto el sebo acumulado dentro como las células muertas, y favorece la renovación de la piel. Se le podría considerar el ‘de desatascador de poros’. Su uso controlado puede mejorar los comedones y prevenir obstrucciones.
- Peróxido de benzoilo. Es un agente antibacteriano que reduce la población de Cutibacterium acnes (la bacteria causante del acné) en los folículos y tiene efecto antiinflamatorio; también en casos de acné leve a moderado. Sin embargo, hay que estar atento a sus efectos secundarios, ya que puede resecar bastante la piel y es imprescindible acompañarlo de protección solar.
- Retinol. Los retinoides tópicos son capaces de actuar a un nivel más profundo, en los microcomedones (lesiones que aún no se ven). Lo mejor es que tienen efecto comedolítico, antiinflamatorio y renovador de la piel, por lo que también producen un efecto antiedad; lo peor, que la piel necesita un tiempo de adaptación a ellos y pueden causar irritación y sensibilidad solar. El bakuchiol es la alternativa a tener en cuenta.
- Niacinamida. Conocida también como vitamina B3, es un activo todoterreno. Es capaz de reducir la producción de sebo y la hiperpigmentación postinflamatoria, calmar la inflamación y mejorar la función barrera. Aunque no es e el activo principal en casos graves de acné, es una excelente opción de apoyo, especialmente en la fase de mantenimiento o para pieles con tendencia acneica y marcas.
- Ácido azelaico. No sólo trata el acné, sino que también se ocupa de secuelas como manchas oscuras. Este activo combina acción antibacteriana, antiinflamatoria y despigmentante. Y, al ser más suave que algunos retinoides, convierte en la opción perfecta para pieles sensibles o en mantenimiento.
Hábitos diarios que transformarán la piel con acné
Llevar a cabo una adecuada rutina de belleza diaria es fundamental para controlar la piel con acné, pero también hay ciertos gestos que se pueden hacer a diario para evitar que los granitos invadan la piel:
Alimentación antiinflamatoria
Un capricho o un desliz alimentario no es pecado mortal, pero sí es importante adoptar una alimentación saludable constante, que se basa en:
- Elegir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 y en fibra, frutas y verduras frescas.
- No olvidarse de beber abundante agua.
- Evitar el exceso de azúcares refinados, harinas blancas, lácteos (si se observa que empeoran la piel) y alimentos ultraprocesados. Esto ayuda a reducir la inflamación sistémica y puede reflejarse en una piel con menos brotes.
Manejo del estrés y su impacto en las hormonas
El estrés crónico dispara hormonas como el cortisol, que no sólo pueden activar las glándulas sebáceas, sino también alterar el sueño, debilitar la barrera cutánea y empeorar el acné. Por ello parte del cuidado integral de la piel con acné pasa por incorporar técnicas de relajación, meditación y un buen descanso.
Higiene de elementos en contacto con la piel
Hay que tener en cuenta que un brote de acné también puede ser debido al contacto con las manos, donde siempre suele haber bacterias, o con otro elemento cotidiano que, a priori, parece inofensivo. Por ello es importante reforzar la higiene en casa:
- Limpiar el móvil, las gafas y los cascos, siempre que estén en contacto con la piel; pues estas superficies pueden acumular sebo, bacterias o residuos cosméticos.
- Cambiar la funda de almohada con frecuencia.
- Limpiar bien toallas y paños, evitando usarlos muchas veces seguidas sin lavar.
Descanso adecuado para la regeneración cutánea
Dormir entre 7 u 8 horas es primordial para que la piel se repare durante ese periodo, que la barrera cutánea se regenere, que la inflamación se modere y que la producción sebácea se equilibre. Hay que tener muy presente que las rutinas de cuidado nocturno tienen más efecto si van acompañadas de buen descanso.
Ejercicio físico regular y su efecto en la salud de la piel
Los beneficios del ejercicio moderado son infinitos: favorece la circulación, la oxigenación de los tejidos, la eliminación de toxinas mediante el sudor –hay que recordar limpiar la piel adecuadamente al terminar el entreno para evitar que el sudor, el sebo y los residuos empeoren el estado del cutis– y reduce el estrés. Todo ello también tiene un impacto indirecto y positivo en la piel con acné.
Cuándo acudir al dermatólogo: señales de alerta
Aunque una buena rutina y el uso de productos cosméticos adecuados para la piel con acné pueden ayudar en muchos casos de acné leve o moderado, hay situaciones que requieren tratamiento profesional por parte de un dermatólogo:
- Si las lesiones son múltiples, profundas, dolorosas, con nódulos o quistes.
- Si ya hay cicatrices en formación.
- Si el acné persiste durante meses pese a seguir un buen cuidado.
- Si genera un impacto emocional muy grande, autoestima seriamente afectada o aislamiento.
Siguiendo una rutina adaptada, usando productos cosméticos correctos, llevando buenos hábitos de vida y, si es necesario, acudir a un dermatólogo, es totalmente posible mejorar la piel con acné, reduciendo brotes y minimizando marcas, para recuperar la seguridad en uno mismo.
Desde AOKlabs animamos a que todas las personas que sufren acné vean su piel con compasión, constancia e ilusión por el cambio. Cada pequeño gesto diario suma.





